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La Asociación de Armadores y Servicios Marítimos, ARASEMAR AG

A nivel nacional vemos una industria del Salmon sana desde el punto de vista sanitario, con eventos FAN cada vez más predecibles y con métodos de contingencia más desarrollados por proveedores locales.  Sin embargo, la industria ha dejado de crecer a los ritmos de años anteriores, según estimamos, debido a las actuales políticas sectoriales de gobierno que han generado incertidumbre en la inversión, como por ejemplo el proyecto de creación del Servicio de la Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), los efectos de la vigente ley Lafkenche, la ley de Cabotaje, la actualización de la ley de pesca y acuicultura, son instancias que han generado incertidumbre e implicado mayor prudencia en la inversión y debemos sumar además las aún altas tasas bancarias para el endeudamiento particular y empresarial.

En consecuencia, la demanda de servicios armatoriales ha experimentado.  Nuevas inversiones son mínimas y la flota ya presenta una paralización de 10 a 15% que esperamos no se prolongue demasiado.

Desde abril 2023 el gremio ha tenido mayor protagonismo con participación directa en talleres, seminarios y reuniones sectoriales como la ley de cabotaje, ley Lafkenche con diputados y senadores de la Región, la mesa tripartita con armadores, sindicatos/federaciones y la autoridad marítima, entre otros. Todo lo cual permite profundizar la inserción del gremio entre pares y la comunidad. Recientemente además, se integró al Consejo Marítimo Nacional convocado por los trabajadores y está conformado por gremios y trabajadores de la pesca, acuicultura y sector naviero nacional. Aspira a ser una voz relevante para opinar e incidir en políticas públicas que están impactando negativamente el quehacer y proyección sectoriales.

Internacionalmente vemos con especial atención el desarrollo del proyecto del mega puerto de Chancay – Perú, financiado principalmente por capitales Chinos, puerto que se convertirá en el de mayor volumen en toda la costa pacifico desde México al sur y que podrían tener efectos negativos en los puertos nacionales. A su vez, Argentina impulsa nuevas  políticas públicas de inversión naval y marítima particularmente en el sur del país que hemos de observar con detención.

Desde el punto de vista de la demanda, vemos que los efectos de los lamentables conflictos de Rusia y Ucrania como así Israel en la franja de Gaza han afectado en alguna medida la demanda promedio por efecto de alzas en los fletes marítimos, dificultades logísticas en puertos y rutas marítimas que se complejizaron.

Este escenario lo hemos visto con mayor intensidad desde el segundo semestre de 2023 a la fecha, por tanto el llamado es a realizar un análisis de las repercusiones como armadores y prestadores de servicios a la industria.

El gran desafío para el corto y mediano plazo es la modificación de la ley Lafkenche y su reglamento por cuanto al cabo de más de 16 años de su aplicación, contiene rigideces injustificadas que vienen frenando el desarrollo de las restantes actividades económicas en el sur del país. A ello se suma la urgencia que los gobiernos regionales definan su política de uso del borde costero. El obstáculo para los armadores está dado por la escasa oferta de servicios de astilleros regionales para naves menores: no hay espacio para ampliarse ni para instalar nuevos astilleros, coartando la creación de nuevos empleos y crecimiento de las economías regionales.

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